Arregle y perfume la cama para que de noche, por más extraña que esa habitación sea, usted pueda soñar con los angelitos.
Abra ventanas, prenda ventiladores, destierre el moho y el polvo. ¿Tiene una velita? Préndala.
Haga del baño su santuario personal, el lugar donde mimará y adornará su cuerpo antes de que intervengan las miradas y la opinión de los demás.
Colme la cocina, corazón de la casa, con lo que le gusta comer, no importa si es pan integral, barras de chocolate o ambas cosas.
Desparrame libros por todos lados.
Sueñe con agasajar a sus seres queridos en el espacio que está, por el momento, vacío.
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Escriba. Goce de la exquisita soledad que la acompaña.
Dedíquese a pulir su alma
y todos los días
regálesela al mundo como la única joya que posee.
(Siga su camino.)
1 comment:
Thanks. La chanch.
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